La gastronomía
La gastronomía de La Graciosa es otra atracción destacada para los visitantes. Los restaurantes de la isla ofrecen una deliciosa variedad de platos locales, destacando los sabores frescos del mar, como pescado y mariscos. En la historia,
En la historia, A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, la isla de La Graciosa comenzó a tener su primera población estable en Caleta de Sebo. Las primeras personas en establecerse en la isla procedían de Lanzarote, concretamente de las localidades de Haría y Teguise. Pero no es hasta mediados del siglo pasado cuando, algunas familias son llevadas a la isla de la Graciosa para trabajar en una conservera de pescado. El proyecto fracasó, pero a pesar de ello, algunas de esas familias decidieron quedarse en la isla porque tampoco en Lanzarote el jornal estaba asegurado. Esas familias se asentaron en la actual Caleta de Sebo. La Graciosa desempeñó un papel esencial para la supervivencia de los habitantes de Lanzarote, especialmente después de las devastadoras erupciones de Timanfaya, que arrasaron extensas áreas de cultivo. En busca de pastos, llevaban ganado hasta La Graciosa, donde lo dejaban en libertad hasta el verano.
Vivían en precarias chabolas, carecían de agua potable y por supuesto de luz eléctrica. Se alimentaban principalmente de la pesca y el marisqueo. Debido a que en la isla no había agua potable, acudían a buscarla a la isla vecina de Lanzarote. Cruzaban en pequeñas barcas, “chalanas”, un estrecho de mar, “el río” y bajo el risco, en una pequeña fuente (Guza), se aprovisionaban de ella.
Además, hasta hace poco, los lanzaroteños visitaban La Graciosa para recolectar crías de pardela, muy valoradas por su alto contenido proteico, lo que las hacía indispensables para los largos viajes hacia América. Esta tradición, que tiene sus raíces en esos viajes, ha desaparecido de la cocina local debido a la prohibición de capturar esta especie protegida.
La saludable colonia de conejos introducidos por los españoles, la barrilla utilizada para obtener sosa mediante quema, el cosco del que se extraía gofio, y la abundancia de mariscos y pescado eran los principales atractivos que La Graciosa ofrecía a los habitantes de Lanzarote. Pero, la pesca era la parte fundamental de la economía y la subsistencia en La Graciosa.

Los pescadores utilizaban técnicas tradicionales transmitidas de generación en generación para capturar una variedad de especies marinas, desde pescado hasta mariscos. Las embarcaciones típicas de la isla, como las falúas y las barquillas, eran utilizadas para navegar las aguas costeras en busca de las mejores capturas. Esta actividad no solo proporcionaba alimento para la población local, sino que también representaba una fuente de ingresos crucial para muchas familias.
